Guía de poda para viñas
Descubre todo lo que necesitas saber en
esta guía de poda para viñas, debido
a que este tipo de plantas requieren condiciones y cuidados específicos para
brindar sus frutos aprovechables para el ser humano con distintos fines, hacerlo
correctamente asegura el éxito de la cosecha, mientras que equivocarse puede
convertirse en toda una pérdida.
¿Qué es la poda?
La poda es una práctica que realizan con
frecuencia los agricultores para cortar
y reducir ciertas ramas o partes de una planta, con la intención de que
esta pueda renovar sus hojas, limitar su crecimiento e incluso convertirse en
una versión más saludable de sí misma.
Cuando se trata de la poda para viña es un
proceso que aplican los viticultores para reducir
la parte vegetativa de la vid, que es la especie vegetal que posee como
fruto la uva, esta a su vez se emplea para la fabricación de vinos.
La idea de este proceso es que pueda
limitarse el crecimiento de la planta, mejorando su rendimiento y haciendo que
las uvas que se produzcan sean de mayor calidad.
La vid es una planta que se considera
trepadora, por lo que conforme va creciendo presenta troncos torcidos que se
enredan en aquellas estructuras que encuentra a su pasa.
Cuando se deja crecer sin realizar la poda,
puede llegar a alcanzar 30 metros de
altura y extenderse también a lo ancho, abarcando amplias áreas de terreno
agrícola.
En tal sentido, el cultivo se convertiría
en todo un problema, en cambio al realizar la poda se reduce su tamaño y se
consigue una cosecha mucho más concentrada y de calidad, además se le ofrece a
la planta la posibilidad de crecer saludable pero limitadamente en un espacio
específico para ello.
Aunque muchos piensan que este proceso
irrespeta el ciclo biológico de la planta, en realidad no es así, la poda ayuda a mantener saludable la vid y al
mismo tiempo favorece la actividad del viticultor.
El proceso de podar requiere realizar
cortes en la parra, dejando abierta el área para que esta se regenere; sin
embargo, es importante mantener el cuidado de la planta. Además, aplicarlo en
el preciso momento y utilizando las técnicas adecuadas, evita que se dañe la
especie vegetal y ayuda a que la cosecha sea de mayor calidad.
La poda de las viñas depende en gran medida
de la variedad de la uva, la zona donde se ubica el cultivo y la época del año,
es por ello de suma importancia conocer todos los aspectos de este proceso
antes de aplicarlo.
¿Cómo podar viñas?
Usualmente, es posible realizar dos tipos de poda, dependiendo de la
longevidad de la parra, uno se aplica cuando es joven y el otro cuando es
vieja.
Cuando es joven se aplica la poda de formación durante los
primeros años de vida de la vid. La forma de aplicar este proceso es aportar a
la especie vegetal una estructura o forma adecuada, de manera que la parra se
vaya formando correctamente.
Al poner en práctica este proceso es
necesario determinar la forma que se le
desea dar a la parra, dependiendo de la utilización de la planta, es decir,
en caso de que el objetivo sea que la especie vegetal aporte sombra, se debe
aplicar un tipo específico de poda, mientras que para la producción de uvas se
realiza otro.
Por otro lado, cuando la parra es vieja se aplica la poda de fructificación que
tiene como intención que las plantas más desarrolladas o de mayor edad y que ya
poseen una forma o estructura determinada, crezcan sanamente por el tiempo de
vida que les reste y puedan dar frutos de mayor calidad.
Poda de la parra joven
Tal como se mencionó con anterioridad, esta
también es llamada poda de formación y se aplica durante los tres o cuatro
primeros años de vida de la vid. Usualmente se lleva a cabo en invierno y primavera, ya que en estas
épocas del año es cuando se considera propicio el corte.
La idea es aplicar la poda en la primera
estación de invierno que tenga lugar después de haber plantado la vid, aunque
dependiendo del momento en el que se realice la plantación, puede que la parra
esté aún demasiado pequeña, en cuyo caso será necesario esperar hasta el
siguiente año.
La primera poda suele determinar la forma que tendrá la planta y el tipo al que pertenece,
de acuerdo con la función que se le dará, el clima y la variedad vegetal.
Para llevar a cabo este proceso de poda de
la parra joven, el primer corte es necesario realizarlo en la rama más fuerte y
derecha de la vid.
La idea es seleccionar la rama principal,
luego es necesario ir podando las ramas más débiles o pequeñas desde la parte
más externa hacia la base, podando también el brote principal y dejando dos
yemas en caso de que la planta sea de uvas negras o 3 para uvas blancas.
Para las siguientes podas de formación se
deben elegir de nuevo los brotes más
fuertes y cortar aquellos que sean débiles, dejando la rama principal con
unos 30 o 35 cm de longitud.
Una vez que se haya llegado a este punto
del proceso, se debe atar la rama
principal a una guía, dejando que crezca a partir de allí para luego pinzarla
con la finalidad de que se ramifique controladamente.
Poda de la parra vieja
La poda de la parra vieja o de
fructificación es aquella que se aplica a la planta de vid ya formada o que ha
adquirido su estructura definitiva.
Este proceso se realiza cuando se desea comenzar a recibir los frutos de la planta, manteniendo además su
forma y controlando o limitando su crecimiento.
Esta poda no solo sirve para que la planta produzca
uvas de mayor calidad, sino que se mantenga en buen estado de salud, eliminando
aquellos brotes que se encuentren deteriorados o dañados y procurando que los
más saludables reciban toda la nutrición proporcionada por el sol.
De otra forma, se eliminan aquellas ramas que se encuentran en los extremos, están
deterioradas e impiden que el sol penetre en las más saludables, para que
la planta de vid pueda crecer sanamente y producir frutos de calidad.
En tal sentido, es necesario podar o cortar
las ramas más viejas que ya no produzcan brotes nuevos, eliminando también
aquellas que se encuentren en mal estado, ya sea que estén partidas,
deterioradas o enfermas.
Durante este proceso de poda también es
necesario eliminar los brotes nuevos que
puedan atravesarse en el crecimiento de las ramas principales, evitando que
reciban luz y haciendo que se tuerzan.
Al seleccionar y eliminar los sarmientos y
yemas que brotan conforme pasa el tiempo cada año, es posible hacer que los
racimos de uvas reciban más cantidad de sol y de aire para que el fruto sea de
mayor calidad, la planta tenga más rendimiento y las ramas seleccionadas gocen
de resistencia y salud para evitar que sean atacadas por las plagas.
Esto, sin duda, genera un beneficio tanto
para el viticultor como para la planta en sí.
¿Cuándo se deben podar las parras?
Teniendo claros los diferentes tipos de
poda que se aplican en las plantas de acuerdo con su longevidad, es necesario
considerar el momento preciso del año en el que podar las parras puede resultar
más productivo tanto para la planta como para el viticultor.
La selección de la época perfecta del año
para cortar o realizar la poda de las parras es de suma importancia, ya que a
través de ello es posible mejorar la calidad del fruto y brindar un crecimiento
adecuado a la planta.
La poda de la vid debe realizarse cuando está en proceso de reposo vegetativo,
ya que de lo contrario la planta no habrá tenido oportunidad de almacenar los
nutrientes necesarios y es posible que se debilite y muera al podarla o después
de ello.
Entonces, es recomendable realizar la poda al final del invierno o comienzo de la
primavera, en el momento preciso cuando la planta produce una fructificación
abundante y de mejor calidad.
En este punto se pueden diferenciar dos
momentos o épocas del año para podar la parra: una es la poda de invierno o en seco y la otra es la poda de primavera o en verde.
Poda de invierno o seca
La poda de invierno o en seco es aquella
que se lleva a cabo en el momento en el que las hojas de la vid comienzan a caer o se tornan amarillentas, justo
antes de que comiencen a aparecer los nuevos brotes.
En dicho momento es cuando se considera que
la planta se encuentra en un estado
vegetativo, es decir, cuando el vegetal está adormilado y la circulación de
la savia a través de toda su estructura ha descendido sus niveles.
La poda en seco es ideal para eliminar los
sarmientos generados en la temporada anterior, además se puede cortar parte del
tronco y tallos de años anteriores, con el objetivo de que se activen los
procesos de regeneración en la planta.
Este tipo de poda es recomendable en época
de invierno, a pesar de ello no se debe realizar en momentos en los que la
temperatura sea demasiado baja, ya que allí puede tornarse mucho más quebradiza
la planta, astillarse y generar cortes que no sean limpios.
Las bajas temperaturas evitan que la vid
pueda cicatrizar de manera correcta, haciendo que las partes cortadas
permanezcan abiertas por mucho más tiempo y sean propensas a sufrir de
enfermedades como por ejemplo la yesca.
Cuando la vid se encuentra en estado
vegetativo puede parecer que está marchita o muerta, ya que a la vista se
muestra seca y sin vida, pero en realidad se
encuentra en reposo y no es necesario regar en abundancia para que se reactive,
sino que esto lo hace naturalmente al cumplir su ciclo.
Poda de primavera o verde
La poda de primavera o en verde es el
complemento perfecto para la de invierno y exclusivamente se realiza cuando los brotes han crecido demasiado,
con la finalidad de reducir el crecimiento de la planta, limitarlo, optimizar
su rendimiento y cultivar uvas de la mayor calidad posible, ya sea para consumo
o viticultura.
Con la poda de primavera o verde es posible
eliminar los brotes que no se desean en
la planta, ya sea porque se consideran improductivos o su ubicación
entorpece a las ramas principales.
De este modo se evita la sobrecarga de la parra
y se obtienen los frutos de mayor calidad.
Esta poda puede resultar de provecho en los
lugares donde se manifiestan cambios climáticos como las heladas de primavera,
ya que se lleva a cabo al final de la estación primaveral del año, cuando la
planta de vid ya ha ofrecido sus nuevos brotes.
Al aplicar esta poda se eliminan las yemas,
los sarmientos, incluso las hojas y ramas que han crecido en exceso, sobrecargando
a la planta y evitando que las partes principales reciban los nutritivos rayos
del sol.
También durante esta poda se eliminan aquellos brotes que se
encuentran mal ubicados y entorpecen el crecimiento adecuado de las ramas
principales, ya que estos afectarán la fertilidad general de la planta y
evitarán que la luz del sol, el viento y otros nutrientes penetren adecuadamente
en aquella parte de la vid que sí se desea que crezca.
Además, cuando no se realiza esta poda, el
exceso de ramas y brotes aumentan la densidad general de la planta, le restan
nutrientes a la vid y sobrecargan el ejemplar, haciendo que el peso torne más
quebradiza a la viña y se deteriore con facilidad.
Este tipo de plantas generan uvas de baja calidad y a partir de
ellas es imposible realizar un vino que cumpla con los estándares de cualquier
viñedo.
Otros tipos de poda para viña
Además de la poda de acuerdo con la
longevidad de la planta y la época del año, es posible hablar sobre los
siguientes tipos.
Poda de acuerdo con la fase
Se aplica de acuerdo con la fase en que se
encuentra la planta y puede ser de formación,
mantenimiento, transformación o renovación.
Formación
Se aplica en los primeros años de vida para
que la planta se adapte al cultivo que se haya planteado como meta, ya sea espaldera, vaso o eje vertical.
En el primer año se deja crecer la planta
naturalmente y se fortalece para aplicar la poda a partir del segundo, luego de
la caída de las hojas al final del invierno.
Para la poda se determina el corte de
acuerdo con el tipo de formación que se desee para la planta en el cultivo, eligiendo
entre espaldera, de vaso o en eje vertical.
Mantenimiento
Esta hace referencia a los procesos de poda
que se aplican cada vez que la cepa se
ha formado con su sistema de conducción elegido.
Esto se hace con la idea de mantener la
planta con crecimiento limitado y prolongar su tiempo de vida, optimizando la
calidad de su producción y la cantidad.
Transformación
La poda de transformación se lleva a cabo
drásticamente, arrasando con todas las
ramas y dejando únicamente la parte central de la planta, con el objetivo
de transformar un ejemplar poco productivo en otro de mayor calidad y
rendimiento, haciendo un injerto o estimulando el crecimiento de cero a partir
del tronco.
Renovación
La poda de renovación se aplica en las plantas envejecidas cuya producción es
muy baja, su crecimiento vegetativo es pobre o posee demasiada madera y ramas
viejas, con la idea de prolongar al máximo su tiempo de vida útil.
Poda de acuerdo con la estructura
Este tipo de poda se aplica de acuerdo con
la estructura que se desee conformar en la cepa que se está cultivando,
eligiendo entre las diferentes alternativas como de cabeza o mixta, en brazos o cordón.
En cabeza o mixta
Estas son de gran utilidad para las variedades de uva que producen pocos
racimos o generan racimos pequeños, debido a que sus yemas basales no son
muy fértiles, lo que afecta la producción y se aplica normalmente a las plantas
que están cultivadas en espaldera.
En brazos
La poda en brazo se aplica generalmente a las
plantaciones de vid en vaso, dependiendo principalmente de la variedad de la
uva, el clima y la zona donde se cultiva, también puede aplicarse en aquellas plantas
cultivadas en espaldera.
Se aplica generalmente a los pulgares y horquillas para potenciar la
fructificación.
En cordón
Este tipo de poda se aplica a las cepas en
espaldera o en vaso, dirigidas por un alambre que forma parte de la guía de la
planta durante su formación.
Se puede hacer en pulgares dejando 5 por
brazo, logrando así una mayor producción
de frutos.
Poda de carga
Se realiza dejando la cantidad de yemas que se deseen. Lo ideal es que se
conserven entre 2 y pulgares cuando existe riesgo de heladas o se han partido sarmientos
por consecuencia de las ventiscas, y en las varas conservando entre 5 y 10
yemas.
Poda de elementos
Se aplica dependiendo de la estructura que se desee eliminar, considerando
los pulgares como ramas cortas, varas largas y mixtas o una combinación de
ambas.
Poda de acuerdo con el tipo de intervención
Esta se aplica dependiendo de la forma como
se desee podar, ya sea con técnicas
manuales, mecanizadas o mixtas.
La elección se realiza de acuerdo con ciertos
parámetros particulares del sistema de conducción elegido para el viñedo.
En los viñedos que poseen una formación en
vaso siempre se realiza de manera manual,
en cambio, en aquellos en espaldera se puede realizar una poda mecánica.
Otra opción es considerar la poda
dependiendo de si se realiza en verde o seca.
Por ejemplo, para la poda en seco
es posible hacerlo de manera mecanizada, aunque esto puede generar daños a la
planta de modo que lo más recomendable es que sea de forma manual.
Por otro lado, la poda en verde puede
realizarse de manera mecanizada sin ningún tipo de problema. Esto ofrece la posibilidad
de realizar incluso podas mixtas dependiendo de las necesidades propias del
cultivo.
Podas especiales
Son procesos
de corte que se realizan ante eventualidades que puedan surgir en el
viñedo, por ejemplo, después de una ventisca fuerte o la caída de granizo, ya
que es una oportunidad perfecta para recortar las ramas partidas o hacer que la
producción del año siguiente sea mucho mejor.
Las podas especiales se aplican como solución remedial ante cualquier accidente
o inconveniente que pueda deteriorar inesperadamente la planta o para
aprovechar las potencialidades del clima que surjan sorpresivamente.
¿Cómo se realizan los cortes en la poda para viña?
Al realizar los procesos de poda es
necesario procurar cortes que sean limpios y para ello es fundamental emplear un instrumento apropiado,
además la forma adecuada de hacerlo es en bisel,
lo que significa que se debe aplicar una inclinación
contraria a la yema y por debajo de la siguiente.
La idea de aplicar los cortes de esta
manera es que cuando se produzca el lloro de la vid con la salida de la savia,
el líquido que escurra por el pulgar o la vara no caiga sobre ninguna otra
yema, considerando que el exceso de humedad en la zona puede afectar el brote
de la nueva yema, podrirse la rama e incluso matar a la planta.
Cuando sea necesario podar un viñedo de dos
o más años, el corte a realizarse debe ser igual que el mencionado
anteriormente pero dejando un pequeño
tocón en el que se formará posteriormente un cono de desecación, sin que
este penetre en los brazos de la planta o impida la conducción habitual de la
savia.
La idea es que durante la poda se apliquen cortes con tijeras muy bien afiladas, sin
que estas pellizquen o trituren la rama, sino que generen un corte limpio.
Además, las tijeras deben estar previamente
desinfectadas para evitar el
contagio de enfermedades a la planta. Para ello, entre la poda de una y otra
viña, se debe emplear alcohol o agua con
lejía para higienizar en instrumento de corte.